Existen investigaciones sobre el impacto del Yoga sobre el cerebro. Sin embargo al parecer, este último paper publicado por el Chopra Foundation Center nos trae un nuevo enfoque de la relación yoga y la naturaleza del tratamiento del dolor. Hasta ahora las investigaciones han respaldado el papel de esta práctica como una intervención para el manejo del dolor, pero la mayoría se ha centrado en los componentes aislados, generalmente físicos del yoga en lugar de los efectos sistémicos de la mente y el cuerpo.
Ahora consideran el yoga como un sistema adaptativo complejo que exhibe interacciones únicas con el sistema de respuesta al dolor. Un enfoque sistémico que reconoce la interconexión de las reacciones de la mente y el cuerpo ante el dolor. En lugar de abordar los síntomas del dolor uno por uno, los enfoques sistémicos como el yoga pueden mejorar la respuesta general de una persona al dolor y al trauma.
Investigaciones evidencian la eficacia del YOGA como terapia mente-cuerpo y respaldan los beneficios para la salud como: reducción del estrés y manejo del dolor, mejoras en dolor de espalda, dolor de rodilla u otras enfermedades musculoesqueléticas, dolor de estómago, enfermedades psicológicas, interrupción del sueño, enfermedad cardiovascular, diabetes, trastornos inflamatorios y enfermedades inmunológicas.
La mejora del tono vagal está estrechamente relacionada con la práctica del yoga. En pocas palabras: un sistema nervioso autónomo sano debe tener un tono vagal alto. El nervio vago es el más largo del cuerpo humano. Comienza en el tronco del encéfalo y termina en parte en el colon. Este es un nervio craneal vital para el organismo. Ayuda a regular muchas de las funciones involuntarias del cuerpo enviando señales entre el cerebro y el tracto digestivo, el corazón y otros órganos. También es un actor importante en el eje cerebro-intestino. La disfunción del nervio vago está relacionada con muchos trastornos psiquiátricos e inflamatorios. Estimular el nervio vago tiene muchos beneficios, como reducir la inflamación, promover la relajación y mejorar el estado de ánimo. Los métodos de estimulación del nervio vago incluyen el masaje del nervio vago, los ejercicios de respiración, la meditación y el yoga.
El sistema nervioso parasimpático es el responsable de la respuesta del cuerpo al descanso y la digestión. Este sistema ayuda a promover la relajación y la calma. El nervio vago representa aproximadamente el 75% de la inervación parasimpática.
El sistema nervioso simpático es el sistema de lucha o huida. Es el responsable de la respuesta natural del cuerpo al estrés, preparándolo para la acción mediante el aumento del ritmo cardíaco, la presión arterial y la respiración.
El yoga, los estiramientos y la meditación son formas excelentes de estimular el nervio vago. La estimulación del nervio vago tiene muchos beneficios, como reducir la inflamación, promover la relajación y mejorar el estado de ánimo.
El cuerpo se va autorregulando solo. Es como si supiera como hacer para equilibrase naturalmente si le damos la oportunidad a través de estas prácticas. ¿Cómo se regula el stress entonces? Activando el sistema nervioso parasimpático y lentificando el sistema nervioso simpático.
La práctica del yoga también conduce a una disminución de la percepción del dolor a través de la desconexión cognitiva, lo que conduce a una disminución en el aspecto afectivo de la sensibilidad al dolor y el aumento de la interocepción (sentido interno del cuerpo).
Cuando se restablece el equilibrio simpático-parasimpático debido al yoga y otras prácticas mente-cuerpo, se crean nuevas etiquetas neurológicas
que permiten un reencuadre de experiencias pasadas.
Siempre considerando que el yoga no sólo es movimiento (asanas), sinó que implica otros componentes mente-cuerpo como la práctica de diferentes técnicas de respiración, meditación y atención a la dieta y hábitos de sueño.
Se sabe que la meditación de atención plena es útil para reducir pensamientos anticipatorios. Existe evidencia de que la anticipación del dolor crea
respuesta neuronal que etiqueta información para la percepción del dolor, influyen en redes enteras de atención y respuesta a estímulos para
anticipar el dolor. El Yoga y las prácticas meditativas tienen una base firme en la aceptación, rendición y relajación, que pueden contribuir al desarrollo cognitivo (el desarrollo de capacidades tales como la memoria, la atención, el lenguaje, la percepción, la solución de problemas o la inteligencia y la planificación) y a la reformulación del catastrofismo más fuertemente asociado con intensidad del dolor percibida.
Conclusión
Este enfoque de la relación yoga y tratamiento del dolor presenta un cambio de paradigma en el manejo del dolor al desafiar los enfoques reduccionistas tradicionales y favorecer por un enfoque sistémico que reconoce la interconexión de las reacciones de la mente y el cuerpo ante el dolor. En lugar de abordar los síntomas del dolor uno por uno, los enfoques sistémicos como el yoga pueden mejorar la respuesta general de una persona al dolor y al trauma.
Puede explicarse desde la ciencia cómo es que la práctica del yoga sostenida en el tiempo nos transmite calma y nos brinda beneficios a nivel general impactando de manera positiva en nuestro sistema nervioso. Tomando el Yoga como la práctica, no sólo de asanas (posturas- movimiento,) sino también meditación (devoción, concentración) y técnicas de respiración.
El yoga tiene efectos comprobables de beneficios a la salud al ser una práctica que aborda al ser humano en tu totalidad de una manera integral cuerpo, mente y espíritu. Considerándolo tal como es como es: no por partes aisladas sino un sistema complejo, una unidad.
¿Conocías esta información? ¿ Sentís de algún modo que la práctica de yoga te ha ayudado en algún aspecto como lo expuesto en este artículo?
Te dejo los links de las fuentes consultadas para que vayas personalmente a investigar si te quedaste con ganas de más.
Con cariño,
Lucia
FUENTES
“Una cosa Sencilla” Eddie Stern
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